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Inversiones Desde Cero

¿Qué hacer cuando hay una crisis económica? ¿Invertir o esperar?

Cada cierto tiempo, los titulares estallan con mensajes alarmistas: Se avecina una recesión, los mercados se desploman… En esos momentos, es normal que aparezcan dudas: ¿Qué hago con mis inversiones? ¿Debería vender, mantener, comprar más o esperar? El miedo puede jugarnos malas pasadas, y si no tienes una estrategia clara, puedes tomar decisiones que lamentes en el futuro.

En este artículo vamos a abordar, con calma y criterio, cómo deberías actuar ante una crisis económica si ya estás invirtiendo o estás pensando en empezar. No se trata de fórmulas mágicas, sino de aplicar sentido común, evitar errores comunes y entender el panorama con claridad.

¿Qué es una crisis económica?

Para empezar, conviene tener claro de qué estamos hablando. El término “crisis económica” puede referirse a distintas situaciones:

  • Recesión: cuando la economía de un país decrece durante al menos dos trimestres seguidos.
  • Crisis financiera: colapsos bancarios, estallido de burbujas (como la inmobiliaria en 2008), quiebras masivas.
  • Crisis inflacionaria: los precios suben de forma descontrolada y el poder adquisitivo cae rápidamente.
  • Crisis geopolítica o energética: guerras, conflictos internacionales o encarecimiento de recursos clave.

Todas estas situaciones afectan a los mercados financieros. Las bolsas caen, los inversores huyen de activos de riesgo y, en general, se respira un clima de incertidumbre. Es justo en ese ambiente donde muchos entran en pánico… y ahí empiezan los errores.

Reacciones comunes (y equivocadas)

Cuando el miedo se apodera del mercado, muchas personas reaccionan de forma impulsiva:

  • Vender por pánico: “¡Esto se hunde, salgo antes de perder más!”. Pero claro, al vender en pérdidas, esas pérdidas se hacen reales. Y lo peor: te pierdes la recuperación.
  • Congelar tus decisiones: “No hago nada hasta que todo mejore”. Lo que puede parecer prudente, en realidad te impide aprovechar oportunidades únicas.
  • Seguir a supuestos “gurús”: En épocas turbulentas aparecen muchos oportunistas que aseguran tener la clave para ganar dinero en crisis. La mayoría no tiene ni idea.

Por eso es fundamental tener una estrategia definida antes de que llegue la tormenta. En medio del pánico no se piensa con claridad.

¿Qué hacer si ya estás invirtiendo?

  1. Mantén la calma y no vendas por miedo.
    Si has construido una cartera pensando en el largo plazo, con objetivos claros y diversificación, una caída puntual no debería hacerte cambiar el rumbo. Las crisis pasan, siempre. La historia lo demuestra.
  2. Revisa tus objetivos.
    ¿Estás invirtiendo para jubilarte en 20 años? ¿O para comprar una casa en 5? Según tu horizonte temporal, tus decisiones deben ajustarse. Pero rara vez tiene sentido vender todo en plena caída.
  3. Aprovecha las caídas para comprar más.
    Es contraintuitivo, pero muy efectivo. Cuando los precios bajan, muchos activos se ponen en “rebajas”. Si sigues aportando regularmente, compras más participaciones por el mismo dinero. A largo plazo, esto mejora tu rentabilidad media.
  4. No mires tu cartera cada día.
    Eso solo genera ansiedad. Revisa una vez al mes como mucho, o mejor aún, solo en los momentos que hayas planificado (trimestral, anual…).

¿Y si todavía no has empezado a invertir?

  1. No esperes el “mejor momento”.
    Nadie sabe cuándo tocará fondo el mercado. Si esperas a que pase la tormenta, puede que te pierdas el rebote. Lo más inteligente suele ser entrar de forma progresiva, con pequeñas aportaciones regulares.
  2. Empieza con cabeza.
    No inviertas todo tu capital de golpe. Utiliza estrategias como el Dollar Cost Averaging (DCA), que consiste en invertir una cantidad fija cada mes. Esto reduce el riesgo de entrar justo antes de una bajada.
  3. Aprovecha para aprender.
    Una crisis puede ser una oportunidad de oro para formarte. Ver cómo se comportan los activos, entender tus emociones como inversor, y prepararte mejor para el futuro.

Recomendaciones clave para tiempos turbulentos

  • Diversifica bien tu cartera.
    No pongas todo en acciones, ni todo en un solo sector. Diversifica por tipos de activo, regiones geográficas y temporalidades.
  • Ten un fondo de emergencia.
    Deberías tener al menos 3 a 6 meses de gastos cubiertos en una cuenta de alta liquidez. Esto te permite estar tranquilo y no tener que vender inversiones en mal momento si surge un imprevisto.
  • No inviertas dinero que puedas necesitar pronto.
    Si necesitas el dinero en menos de 2 años, mejor que esté en productos de bajo riesgo y alta liquidez.
  • Evalúa la posibilidad de incluir activos refugio.
    Bonos del Estado, oro o cuentas remuneradas pueden tener más sentido en ciertos contextos de incertidumbre.

Ejemplo real: invertir en medio del caos

Pongamos el caso del año 2020, cuando la pandemia provocó un desplome global de los mercados. El SP500 cayó más de un 30% en pocas semanas. Muchos vendieron presa del pánico. Pero quienes mantuvieron la calma y siguieron invirtiendo, vieron cómo ese índice recuperó sus niveles anteriores en cuestión de meses y luego siguió subiendo. Quienes compraron durante la caída, obtuvieron beneficios excepcionales.

¿Y si viene una crisis aún peor?

Las crisis más duras (como guerras, hiperinflaciones o colapsos energéticos) exigen medidas adicionales:

  • Fortalece tu fondo de emergencia.
  • Reduce exposición a activos muy volátiles.
  • Mantén parte del capital en instrumentos líquidos.
  • Evalúa inversiones defensivas, como energía, salud, alimentación o infraestructuras.

Conclusión

Las crisis económicas son parte del ciclo. No puedes evitarlas, pero sí puedes prepararte para afrontarlas con inteligencia. Invertir durante una crisis no es cuestión de valentía, sino de estrategia y mentalidad.

Si entiendes tus objetivos, mantienes una planificación clara, diversificas correctamente y evitas actuar por impulso, estarás en una posición mucho más sólida que la mayoría. De hecho, muchas grandes fortunas se construyeron en momentos de caos.

Recuerda: los mercados se recuperan, pero quienes venden por miedo muchas veces no lo hacen. Invierte con cabeza, con calma y con visión de largo plazo. Esa es la verdadera diferencia entre el inversor emocional y el inversor inteligente.

Si esto te ha servido consulta los próximos artículos que seguiremos añadiendo en esta web para que aprendas a invertir y puedas cambiar tu vida.