
Todos hemos escuchado historias de emprendedores que crearon una app desde un garaje y a los pocos años la vendieron por millones. También hemos oído hablar de aquellos inversores que apostaron por esas ideas al principio y se hicieron ricos. La pregunta es: ¿realmente es tan fácil como dicen?
En este artículo te explico en qué consiste invertir en startups, qué riesgos implica, qué ventajas puede ofrecer y si tiene sentido hacerlo según tu situación actual. Sin tonterias ni promesas vacías: te doy la información que necesitas para tomar una decisión con los pies en la tierra.
¿Qué es una startup?
Una startup es una empresa joven, normalmente relacionada con tecnología o innovación, que busca crecer de forma rápida y disruptiva. Están en sus primeras fases de desarrollo y necesitan financiación externa para consolidar su modelo de negocio.
Estas empresas pueden centrarse en muchos sectores: aplicaciones móviles, plataformas digitales, fintech, salud digital, energías renovables, inteligencia artificial, entre otros. Su característica común es que buscan escalar rápido y generar un alto impacto en poco tiempo.
Como todavía no tienen ingresos estables ni beneficios, dependen en gran parte de inversores externos que les permitan seguir desarrollándose. Y ahí entras tú, si decides invertir.
¿Cómo puedes invertir en startups?
Aunque suene a algo reservado solo para millonarios, lo cierto es que hoy cualquiera puede invertir en startups desde cantidades pequeñas. Las formas más comunes son:
- Plataformas de crowdfunding de inversión: sitios como Crowdcube, Seedrs, Fellow Funders o Startupxplore permiten invertir desde unos pocos cientos de euros. Funcionan como mercados donde se presentan proyectos en busca de financiación y tú decides en cuáles participar.
- Business angels: inversores particulares que, además de aportar dinero, también ofrecen experiencia y contactos. Suelen invertir cantidades mayores (varios miles de euros) y buscan startups con alto potencial.
- Fondos de capital riesgo: gestionados por profesionales que seleccionan startups prometedoras y crean carteras diversificadas. Normalmente requieren ser inversor acreditado o disponer de grandes cantidades de capital.
Ventajas de invertir en startups
- Alto potencial de rentabilidad: una startup exitosa puede multiplicar por 10, 20 o incluso 100 tu inversión inicial. Obviamente, no es lo común, pero ocurre.
- Diversificación: invertir en startups puede aportar variedad a tu cartera si ya tienes activos tradicionales como acciones, bonos o fondos indexados.
- Participar en innovación: puedes apoyar proyectos que te motiven o con los que te identifiques a nivel ético, ambiental o social.
- Acceso democratizado: gracias al crowdfunding, ya no hace falta ser millonario para participar en el ecosistema emprendedor.
Riesgos reales
- Alta probabilidad de fracaso: la mayoría de startups no sobreviven más de 5 años. Muchas ni siquiera llegan a lanzar un producto viable.
- Falta de liquidez: no puedes vender tu participación cuando quieras. Solo recuperarás tu inversión si la startup es adquirida, sale a bolsa o repaga a los socios.
- Difícil análisis: valorar si una startup tiene futuro requiere experiencia. Hay pocos datos, no hay historial y mucho depende del equipo.
- Dilución: si hay nuevas rondas de financiación, tu participación se reduce salvo que vuelvas a invertir.
- Falsas expectativas: no todas las ideas revolucionarias triunfan. Y no todos los equipos fundadores están preparados para crecer a gran escala.
Consejos para invertir con cabeza
- Diversifica: nunca pongas todo tu dinero en una sola startup. Es preferible invertir pequeñas cantidades en varios proyectos distintos. Así reduces el riesgo de que un fallo arruine toda tu inversión.
- Invierte solo lo que puedas permitirte perder: este tipo de inversiones son de alto riesgo. No uses dinero que necesites en el corto plazo.
- Analiza los proyectos con criterio: revisa quién está detrás de la empresa, cuál es su modelo de negocio, qué problema resuelve, cuántos usuarios o ventas tienen, qué opinan otros inversores, etc.
- Ten paciencia: aunque una startup vaya bien, los beneficios pueden tardar años en materializarse. Esto no es una inversión de retorno inmediato.
- Aprovecha los incentivos fiscales: en países como España, invertir en startups puede tener deducciones fiscales. Consulta con un asesor para sacarle el máximo partido.
Ejemplo:
Imagina que inviertes 500€ en una startup de movilidad sostenible. Cuatro años después, una empresa grande compra la startup y tu participación pasa a valer 3.500€. Has ganado x7 tu inversión inicial.
Ahora bien, también podría ocurrir que la startup no consiga clientes suficientes, no cierre más rondas de financiación y acabe desapareciendo. En ese caso, pierdes toda la inversión.

¿Es para ti esta inversión?
Este tipo de inversión puede ser interesante si:
- Ya tienes tu fondo de emergencia cubierto.
- Estás invirtiendo regularmente en activos más seguros (fondos indexados, ETFs, etc.).
- Tienes curiosidad por el mundo emprendedor.
- Estás dispuesto a asumir riesgo con una parte pequeña de tu cartera.
Y no es recomendable si:
- Estás empezando a invertir.
- No tienes ahorros suficientes o necesitas liquidez pronto.
- Te cuesta dormir si pierdes dinero.
- No te interesa dedicar tiempo a investigar proyectos.
Conclusión
Invertir en startups puede ser emocionante, pero no es para todos. Tiene un potencial enorme, sí, pero también riesgos serios que no deben pasarse por alto. Lo ideal es verlo como una parte pequeña de tu estrategia global de inversión, nunca como tu única apuesta.
Si decides hacerlo, hazlo con conocimiento, diversifica y mantén las expectativas realistas. Y quién sabe: quizás tú también termines participando desde el principio en la próxima gran empresa tecnológica. Pero si no pasa, al menos sabrás que actuaste con cabeza y sin poner en peligro tu estabilidad financiera.
Si esto te ha sido útil puedes consultar los próximos artículos que seguiremos publicando para que aprendas a invertir y puedas cambiar tu vida.